Los MEJORES Restaurantes Típicos en Medellín (2023)

Hay muchos restaurantes típicos que me gustan en MEDELLÍN; pero estos adoro recomendarlos por experiencia, por buena comida y gusto personal. Definitivamente son LOS MEJORES!

La Curva del Gordo

Km 17, Guarne

Pude por fin probar, en la Curva del Gordo, su Seviche de Chicharrón… juepucha! esta vaina disuelve cualquier porrón: un revolú de lonchas de tocino barriguero, delgaditas, fritas en su propia grasita… enmarañadas, ensurrulladas, amontonadas bajo un pucho de cebollitas moradas, sal, cilantro y mucho limón!!! Recrocantes, regustosas y aciditas! Que sí, que sí, quedé en shock!!!

Donde Estela

Carrera 32 no 71 sur – 126, Sabaneta

OFREZCO DISCULPAS. Esta era una deuda que tenia hace más de 13 años con una cocinera tradicional.

Durante ese tiempo cientos de amigos y amigas me habían escrito: “que la de doña Estela era una de las mejores morcillas del país”; pero por cosas de la vida no había llegado a conocerla.

La semana pasada me senté a su mesa por primera vez para descubrir lo acertado de aquellas palabras. Doña Estela sirve morcillas fresquecitas que prepara en casa todos los días, de la frita y de la cocinada: apretaditas, con mucho sabor y bajo poleo. Las dos me encantaron; pero aunque parezca mentira me enamoré aún más de la cocinada.

Luego las organiza con arepitas y patacones y las remonta en picadas, en platos con chorizos y chicharrones y hasta en enormes bandejas montañeras de las que comen dos y queda hasta pa’ repetir.

Doña Estela, discúlpeme usted la demora… ahora que la conocí me voy con su recuerdo en el pecho; me voy convencido, llenito y feliz! Sí señora, usted tiene la mejor morcilla de por aquí.

El Trifásico

Carrera 44 A calle 30 sur no 32, Envigado

¿EL TREMENDO CHICHARRÓN CALLEJERO DE DOBLE CARRIL CARNUDO?

… es pa’morirse de la dicha!
Esto no me había tocado! Ahora sé por qué es tan famoso el chicharrón del Trifásico: más de 1 libra de purito chicharrón, sequito, recarnudo, de un acaramelado precioso, crocante, jugoso!
Este CHICHARRONCITO de MIL «patas», es cosa de locos! Y después… ¿quién puede con el resto de la bandeja?

Hacienda

Cra 49 # 52 – 98

Una gran emoción; eso sentí al encontrarme un restaurante como Hacienda en el centro de Medellín. El típico entable paisa al que mis padres me llevaban de pequeño para que conociera los platos más mentados de la cultura antioqueña. Qué hermosos y cálidos recuerdos los que me ha devuelto este lugar:

Balcones de madera colorada tupidos en florecitas… recuerdos y fotos de la Medellín de ayer… los meseros van de arrieros y las mujeres, a la usanza de las recolectoras de café… ponchos sobre las botellas de guaro, artesanías en las paredes, más recuerdos y aquellos divertidos cartelitos que exhaltan la jerga de la Antioquia arriera y berraca: “Dentre pues pa entro”… “la virgen me lo acompañe”… “Mi hace el favor y me le baja al tonito”.

-Te voy a servir la mejor bandeja paisa! No habrás probado otra igual en tu vida-, aseguró Santiago, uno de los herederos del lugar. -Mi papá rescató las recetas de las abuelas antioqueñas y las convirtió en restaurante, salvaguardando sus ingredientes y técnicas originales. Nada vas a encontrar más auténtico ni más sabroso.

Dejó sobre el mantel una enorme bandeja coronada por un chicharrón de cien patas, carnudo y sequito. Rompí la yema del huevo dejando que empapara el arroz, para luego revolverlo con la carne en polvo y la ensalada. Cada mordisco, acompañado con arepita blanca, hogao y dulce madurito. Luego, frisoles y ají. La suavidad de estos granos marrones y regordetes siempre me transportan a la niñez, al recuerdo de mis abuelas. Aún siento sus cálidas presencias cuando muerdo estas blandas y sabrosas pepas. La morcilla me la comí aparte, al igual que el chorizo y el chicharrón… para disfrutar sus exteriores firmes y crocantes, sus entrañas suaves y jugosas.

Miré a mi anfitrión… el hombre no me había quitado el ojo de encima tratando de descifrar “mis caras de TV”, como dicen algunos… Le agradecí con un emocionado suspiro.

Bravo por tu Hacienda!!! mi querido Santiago.

Su Casa Paisa

Glorieta Don Diego

¿BANDEJA PAISA, SANCOCHO O CHICHARRÓN? ¿CUÁL ES EL PLATO QUE DE LEJOS TE DÁ MÁS EMOCIÓN?

Llegué de Miami derechito a las montañas de Antioquia a comerme una tremenda bandeja paisa y un gran chicharrón carnudo. Mañana voy para Bogotá y pasado para Cartagena ¿qué me vas a recomendar?

Donde Darío

Carrera 76 no 32ee – 36

Me acabo de encontrar un “Típico Montañero” que rompe todos los esquemas tradicionales; pero cada bocadito es un lujo de talla mundial: la morcilla de piel crocante y corazón cremudo, el chicharrón curiosamente ahumado y recarnudo, la primera carne en polvo que me derrite de la emoción y los frijoles más perfectos y más de abuelita de cuantos he probado yo. Pinchadita en su servicio, ajustada en su tamaño y grandiosa en su sabor. Este plato y este lugar hay que mostrárselo al mundo entero: UQE SOY MONTAÑERO! Pronto les mostraré el video.

Estadero Ricas Arepas

Kilómetro 5 vía Retiro-Rionegro

¿La AREPOTA de Chócolo?
para descubrir en Medellín

Muelen el maíz tierno, le dan forma a mano, preparan un queso fresquecito y las terminan en un horno de barro atizado por leña, de donde toman ese aroma y ese sabor a finca. Aquí no hay nada industrial. Luego sacan cada torta, le ponen un taco de mantequilla por encima y esperan que se derrita. La abren por la mitad, le agregan otro tanto de mantequilla y la rellenan con quesito, “sin miseria”. Te la sirven con agua e panela fría o caliente.

Es increíble! Esponjosita, con ese sabor a maíz natural, a mantequilla, a campo y a panela. Se sienten las trazas, las fibras… se siente Antioquia de a deveras!

Cucayito

Circular 2 no 71-53

La sorpresa que me llevé al encontrarme Cucayito en Medellín… un pequeño lugar donde preparan muchos de los amasijos, fritos, platos, potingues y bebidas de mi tierra: desde Riohacha hasta Montería suena su sabrosa melodía culinaria… pasé la puerta para encontrarme los alegres acentos del Caribe: Barranquilleros, Cartageneros, Samarios, Guajiros y Monterianos comiendo juntos, felices, disfrutando sus arepas e huevo, sus chuletas, bollos, pasteles y carimañolas… sirviéndose suero, chivo, pescao, arroz, mote, deditos y yuca sancochá, retacando con cremosos jugos de zapote y níspero, o con frescos vasaos de corozo, tamarindo y hasta Kola Román!

Al fondo escuché las pitadoras, resoplando sus aromas a coco, a leche cortá, a maíz dulce y anís, a aliños y titoté… y supe que había llegado a casa… miré a las cocinera mientras alistaban este viaje a las lejanas cocinas de mi tierra y de mi corazón… todo tan sabroso,todo tan auténtico aquí, pa’ qué!

¿Cómo logran conservar la esencia y el buen gusto a tantos kilómetros de distancia? Porque respetan la receta, la técnica y hasta traen los ingredientes que son.

La Monja Parrilla

Alto de las Palmas frente a Indiana Mall

¿A QUIÉN LE GUSTA LA PICADA DE CHORIZO, MORCILLA Y CHICHARRÓN? PUES AQUÍ ESTÁ UNA DE LAS MEJORES.

El Mezzon de la 55

Calle 80c no 55-07bb

Trabajó años como EMPLEADA del SERVICIO hasta que alcanzó su SUEÑO

… que SÍ SE PUEDE CARAJO!!!

Yo nunca había conocido a alguien así: con tal fuerza culinaria, con tal alegría y sabor a la vez.

Se llama Esperanza Murillo, tiene el nombre muy bien puesto; porque eso es lo que recibes y sientes cuando le das un abrazo o cuando te sientas a su mesa: purita ESPERANZA de la linda.

Ella es prueba viva que “no hay trabajo indigno, lo indigno es no soñar y no luchar por los sueños”. Ella quería estudiar; pero también quería cocinar y ayudar a su mamá… cosa difícil para una niña de la vereda de Gini Gini a 5 horas en canoa del San Juan… pero no hubo distancia que ella no hubiera podido acortar para llegar hasta el final.

Así que desde los 14 años se empleó al servicio de una casa en Medellín. Barrió, trapeó, cocinó; el sumiso trabajo de años aumentó su sonrisa, tensó sus ganas y agrandó su valor y su fe.

Muchos años de limpión, de noches tardías y arepa transnochá le dieron alas para hacer su sueño realidad: abrió un restaurante en Moravia donde sirve los mejores SANCOCHOS y, pa’ devolverle sus bondades a DIOS, prepara y los sirve a granel y por montón en un hermoso restaurante comunitario donde da según tu presupuesto: si tienes $1.000, que sean mil de sancocho por favor, o de $2.000 o de $3.000, pues tres mil de sancocho serán; pero nadie se va sin cenar.

No hay ollas aparte, a todos se les sirve del mismo manjar: más grande, más chiquito; pero del mismo: el MEJOR SANCOCHO de la ciudad.

Yo quedé matao… mi platao costó $18.000 mil; pero tan grande que varios tuvieron que terminarlo por mi. GRACIAS Esperanza… GRACIAS Moravia… GRACIAS mi gente por haber hecho esto por mi… NO VEO LA HORA de regresar.

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